A las 17:30 de este miércoles, los militares, que tomaban la plaza Murillo, abandonaron el lugar tras el cambio del Alto Mando Militar, que se realizó en la Casa Grande del Pueblo.
A las 17:15, el presidente Luis Arce Catacora al general José Wilson Sánchez como nuevo comandante del Ejército, en reemplazo del general Juan José Zúñiga, quien encabezó la toma militar de la plaza Murillo.
Sánchez, tras jurar al cargo, ordenó a los uniformados que tomaron plaza Murillo que regresen a sus cuarteles.
Tras el repliegue, regresó la calma en la plaza Murillo, donde se vivió horas de incertidumbre y desconcierto ante la toma militar.
Cerca de las 14:30, militares armados y con los rostros cubiertos llegaron hasta la plaza Murillo, que cercaron tras sacar a las personas que se encontraban en el lugar.
Zúñiga llegó en un tanque, que se estacionó frente a la puerta del Palacio Quemado. Minutos después, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, apareció y comenzó a golpear la ventanilla del vehículo blindado para exigir al general que desmovilice a los militares.
Tras minutos, salió Zúñiga, quien este martes estuvo envuelto en una ola de cuestionamientos por sus polémicas declaraciones sobre la candidatura del líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) Evo Morales y las advertencias sobre una posible detención en caso de que el exmandatario insista con su postulación a la Presidencia del Estado han generado un remezón en el escenario político.
Tras bajar del tanque, el general hizo un reclamo al Gobierno. “Acudimos al clamor del pueblo, el pueblo pide basta, basta de saqueo en el país. Basta de ultrajamiento al país”, manifestó Zúñiga.
Tras usar el tanque para abrir a la fuerza la puerta del Palacio Quemado, Zúñiga y militares ingresaron, pero en el pasillo se encontraba Arce Catacora junto a sus ministros.
El mandatario increpó al general y ordenó que respete el mando. Zúñiga abandonó el lugar y dejó a los militares cercando el Palacio Quemado.
