El 2 de octubre de 2017, en la cabecera de monte del Parque Nacional Carrasco (PNC), se registró un incendio que duró cinco días, la parte más afectada pertenecía al municipio de Pojo, a 207 kilómetros de la ciudad de Cochabamba. Los Tiempos fue el único medio que llegó al lugar y, ahí en la ceja de monte, encontró muerto a un puercoespín de cola corta, poco conocido en Bolivia y del cual se tienen sólo siete avistamientos.
Un lugareño tenía al animal en sus manos y el fotógrafo captó la trágica escena. En ese entonces, se desconocía que sería la única y más clara fotografía del puercoespín de cola corta en Bolivia. La especie boliviana es poco conocida y tiene características únicas que lo diferencian de otros similares en Perú, Colombia y Ecuador. Se trata de una especie endémica y poco estudiada, porque su presencia en el país recién fue identificada en 2015 y sólo se registraron siete avistamientos hasta 2022, según indica el biólogo investigador Guido Ayala. El puercoespín de cola corta (Coendou rufescens) es un roedor nocturno de la familia Erethizontidae y habita los bosques húmedos subtropicales, templados y altoandinos de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Encontrar este pequeño animal poco avistado en Bolivia, motivó a Los Tiempos a conocer más de él este año.
El investigador de mastozoología del museo Noel Kempff Mercado, Luis Hernán Acosta Salvatierra, señala que se comenzó a estudiar a la especie en Bolivia en 2015, tras la publicación científica de un investigador estadounidense que analizó los restos óseos de un puercoespín de cola corta procedente de Incachaca, Cochabamba, y cuyos huesos están en el Museo Carnegie en Pittsburgh, Estados Unidos. “Gracias a su publicación científica, nosotros pudimos comparar con especímenes que teníamos en la colección científica de mastozoología del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado”, afirma el investigador.
Acosta detalla que los puercoespines son consumidores y dispersores de semillas, también son fuente de alimento para otros mamíferos y aves de gran tamaño. Para Ayala, al alimentarse de plantas, la especie también es reguladora de la flora de los bosques subtropicales.
Características
Según los estudios del cráneo, realizados por los investigadores del museo Noel Kempff Mercado, los especímenes bolivianos examinados (no adultos) presentan variaciones en relación con los especímenes adultos de Ecuador y Colombia. Los de Bolivia poseen una bóveda craneal más redondeada dorso-lateralmente con respecto a los de Ecuador y Colombia. Además de ello, se observa que los huesos nasales son más reducidos, los bordes de los procesos posorbitales no están muy desarrollados.
Morfológicamente, el Coendou rufescens se caracteriza por ser pequeño (320-515 milímetros de largo), tiene una cola prensil y un cráneo no inflado en la región frontal. Su cuerpo es densamente espinoso y la base de las espinas puede ser de color amarilla o anaranjadas, así lo detalla una investigación del Museo de Historia Natural de Bolivia Noel Kempff Mercado (Mhnnkm).
Avistamientos
El especialista indica que se tienen pocos registros de la presencia de la especie. El primero fue en Incachaca, en Cochabamba; el segundo, en Santa Cruz, en el municipio de Comarapa, en la serranía de la Siberia (con más de tres avistamientos); el tercero fue el reportado por Los Tiempos en 2017, en el Parque Nacional Carrasco. Ese avistamiento ayudó a entender la distribución de la especie y a ampliar su rango de distribución en Bolivia. El cuarto avistamiento fue en 2022, en el valle de Acero Marka del municipio de Yanacachi, provincia Sur Yungas, a 32 kilómetros de la ciudad de La Paz, gracias a cámaras trampa que instaló en el lugar el investigador Guido Ayala y a través de la cual lograron captar 66 fotografías nocturnas.
Con ese avistamiento, se amplió la distribución del Coendou rufescens hacia el oeste de Bolivia. Ayala en su investigación reporta la presencia de la especie en La Paz, a una altitud de 3.195 metros sobre el nivel del mar, el más alto registrado hasta la fecha.
Este hallazgo es relevante, pues permite continuar documentando la diversidad biológica de los bosques nublados y altoandinos, además de tener una mejor idea de la distribución de las especies en Sudamérica, señala Ayala, en la investigación.
Estudios
En Bolivia, el Coendou rufescens está categorizado como datos insuficientes, según el Libro rojo de vertebrados de Bolivia. Según la investigación del museo Noel Kempff Mercado, esta especie hasta ahora no ha sido registrada dentro de ninguna área de conservación.
Sin embargo, no se descarta su presencia en los parques nacionales Amboró y Carrasco. Considerando las características del hábitat donde su presencia ha sido confirmada, es posible que habite el Parque Nacional Área Natural de Manejo Integrado en Cotapata, el Apolobamba y el Madidi.
Todas estas investigaciones contribuyen a comprender mejor la distribución de esta especie, pero todavía falta mucha información que permita conocer en profundidad su comportamiento, clasificación y jerarquía en los bosques bolivianos.
Los especialistas señalan que las investigaciones se hacen en su mayoría con financiamiento externo y lamentan que el Gobierno nacional no brinde más apoyo. El registro de distribución del puercoespín es considerado raro, puesto que no existe ningún otro avistamiento hasta el extremo norte de Perú, donde la especie es frecuente. Una de las hipótesis para explicar su presencia en Bolivia es que los incas lo trasladaron desde el norte de Perú por considerarlo una especie atractiva, señala en su estudio el museo.
“Revisando todos los puercoespines de Sudamérica no coincidía su presencia en Bolivia, hay un hueco grande en la distribución de la especie porque no se lo encuentra en Perú. Faltan muchos estudios por hacer”, explica Acosta.
Incendio
El incendio del Parque Carrasco de 2017 consumió más de 8.000 hectáreas, causó la muerte de animales silvestres y la pérdida de flora. El actual alcalde de Pojo, César Coria Castellón, dice que ese incendio fue el más grave de la historia de su municipio.
“El fuego afectó bastante a varios puercoespines, venados, reptiles, osos andinos (jukumaris) quemados en el incendio forestal. Desde que tengo uso de razón es el incendio forestal más grande que vi”, dice. El Alcalde explica que, a pesar de la gran cantidad de animales muertos por el fuego, las autoridades nacionales y municipales no cuantificaron a las especies afectadas.
Los incendios en los parques nacionales, como el Carrasco, causan un daño grande a la biodiversidad, porque los animales pequeños tienen dificultades para escapar. “El fuego en parques nacionales es un problema grande para las especies de vida silvestre, especies pequeñas, como puercoespines, tortugas, anfibios que tienen rango de movimiento pequeños son diezmados por el fuego. Pero también se tiene registro de jaguares, tapires, chanchos, escapan de la tierra caliente y se queman las patas”, explica.
El Parque Nacional Carrasco tiene jurisdicción en las provincias Chapare, Carrasco y Tiraque, es decir, forma parte de los municipios de Puerto Villarroel, Chimoré, Totora, Pocona, Tiraque, Villa Tunari, Pojo y Colomi. Su superficie es de casi 622 mil hectáreas y su altitud máxima es de 4.717 metros sobre el nivel del mar. Se caracteriza por tener un clima cálido y húmedo, excepto en las zonas montañosas, donde el clima es frío.
Posee diversidad de ecosistemas y una gran biodiversidad: 638 especies de animales vertebrados. Sin embargo, 41 están amenazadas, de acuerdo con la lista del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap). Se trata de 13 tipos de anfibios, 12 de aves y 16 de mamíferos, entre los que se encuentran el jukumari, el jaguar y el gato andino. Lamentablemente, cada año en la reserva natural se registra incendios.