El director del Senasag, Juan Martínez, informó que cumpliendo con la denominada “jubilación rural”, por la venta de cada kilo de miel, un boliviano irá como aporte a la jubilación de los productores apícolas.
La determinación fue asumida en un simposio internacional apícola que incluyó entre sus resoluciones la ratificación de generar la jubilación rural de todo un sector con un mercado seguro.
Se trata de otra fase, una política del Gobierno nacional en favor de los productores para, entre otros aspectos, cambiar la importación por el consumo local, generando economías y empresas comunitarias.
Esta jubilación rural consiste en aportar un boliviano por cada kilo de miel, lo que descuenta directamente la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA)
“Además, es un precio justo. El Estado está pagando a los productores”.
Informó que esto se implementará desde el mes próximo de enero. Detalló que lo mismo hacen con el sector lechero de Quillacollo, que tiene una ley municipal. Pocona está en proceso, además de 11 municipios del Valle Alto.
Se alistan también el sector floricultor y el avícola con tres federaciones.
“Es especialmente para los productos que tienen mercado seguro. Por ejemplo, el otro que va a venir es el producto piscícola que tiene mercado con Emapa (Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos)”.