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Negocios invaden aceras de Colcapirhua y Alcaldía anuncia operativos para despejarlas

Materiales de construcción como ladrillo y cemento, troncos, piedra laja, letreros, mesas y sillas, entre otros, interrumpen el paso libre de los transeúntes.

Caminar por las aceras de algunos sectores del municipio de Colcapirhua es una tarea casi imposible para los peatones, debido a que los negocios establecidos legalmente colocan “sin autorización” material de construcción, mesas y sillas, troncos, piedra laja, entre otros materiales.

OPINIÓN realizó un recorrido por la avenida Blanco Galindo, entre el kilómetro 8 y 9, y pudo verificar que las aceras ubicadas tanto en la parte sur como en la norte han sido ocupadas por los comerciantes que tienen sus tiendas y negocios.

Las ferreterías dejan material de construcción en toda la acera, mientras que salteñerías ubican sus mesas y sillas, obligando a los peatones a bajar a la calzada para seguir su camino.

Algunos aserraderos dejan pilas de troncos sobre las aceras y otros negocios acomodan la piedra laja en estos espacios que, según la Alcaldía, no se puede ocupar en su totalidad.

La ocupación de aceras se ve principalmente a lo largo de la avenida Blanco Galindo, pero también en el Casco Viejo de este municipio, así como en otros barrios circundantes a la zona central.

Karina Sempértegui es una vecina de la zona del psiquiátrico San Juan de Dios, en el kilómetro 8, y señala que cuando debe ir hacia la zona de los bancos, en el 9, no tiene más remedio que caminar por la calzada.

“Por esta vía no circulan muchos vehículos, pero una vez estuve a punto de sufrir un accidente, porque un taxi iba por esta ruta velozmente”, afirma la vecina, quien pide que la Alcaldía imponga autoridad en este y otros sectores del municipio.

Eduardo Quiroz, quien vive en la zona central del municipio, a una cuadra de la avenida, señala que los comerciantes también han empezado a invadir las aceras del Casco Viejo y en algunas vías la situación es más preocupante porque las aceras son estrechas, de no más de 70 centímetros.

SIN AUTORIZACIÓN

La ocupación de aceras por parte de dueños de negocios no está permitida, a no ser que los propietarios o administradores consigan autorización expresa de la Alcaldía, según la Ley 142 para el uso temporal de las vías y espacios públicos, aprobada en 2017, afirmó el jefe de Unidades Operativas, Germán Tumiri.

No obstante, esta autorización no implica que los negocios o comercios ocupen todo el ancho de la acera, sino solo una parte, de tal manera que no perjudiquen la libre circulación de los peatones.

Tumiri aclaró que la autorización solo se concede en aceras que son amplias, como en las que se ubican en la parte sur de la avenida Blanco Galindo.

El funcionario de Colcapirhua señaló que cuando la actual gestión se hizo cargo de la administración del municipio, desde hace un poco más de dos años, encontraron varias aceras ocupadas en forma ilegal por los comerciantes.

Una de las primeras acciones que asumieron, según Tumiri, fue pedir a los dueños de los diferentes negocios demostrar si tenían autorización para colocar letreros y otros materiales en las aceras, extremo que no fue demostrado por ninguno.

Por este motivo, y después de realizar algunas inspecciones en las diferentes zonas del municipio, la Alcaldía procedió a notificar verbalmente a los encargados de los negocios para que regularicen su situación, es decir, pedir el permiso correspondiente para no ser sujetos de sanciones.

Después de la notificación verbal, la Alcaldía, mediante la jefatura de Unidades Operativas, envió notificaciones escritas para que los infractores retiren el material de las aceras o soliciten el permiso correspondiente.

Pero como ninguno respondió a las notificaciones de la Alcaldía, Tumiri señaló que desde los primeros días de agosto se procederá con el decomiso de todo el material que se encuentre sobre las aceras.

Consultado sobre las sanciones económicas que implica esta infracción, Tumiri dijo que en sí el decomiso ya significa una sanción económica, pero, además, hay multas que llegan hasta 5.000 bolivianos, dependiendo de la cantidad de material que se haya colocado sobre las aceras.

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