Miguel Mateos celebra sus 40 años de carrera. En realidad, son 42 años, pero él prefiere llamarlos ‘40 con un plus’, porque la pandemia le impidió celebrarlos en su momento. El músico argentino, uno de los máximos referentes del rock en español, se presentará hoy en Cochabamba y mañana en el salón Sirionó de Fexpocruz. El público podrá disfrutar de clásicos, como Tirá para arriba, Solos en América, Cuando seas grande, Atado a un sentimiento, Perdiendo el control, Es tan fácil romper un corazón, Donde arde la ciudad, Obsesión y Beso francés. Mateos habla de este retorno a Bolivia y de lo que ha logrado en estas cuatro décadas de carrera.
¿Qué seguís sintiendo arriba del escenario después de 40 años?
Sigo sintiendo placer, sobre todo ahora que estoy en una etapa más madura. He aprendido a manejar más los tiempos, los espacios, las interpretaciones, saber cuándo hablar, cuando no, cuándo ponerme tranquilo y a disfrutar, fundamentalmente. Es un grado de disfrute maravilloso en cada presentación.
¿Qué aprendizaje te ha dejado la música?
He aprendido mucho, he tocado por toda América en distintos lugares; chicos, medianos y grandes. Y el aprendizaje es justo la valoración del mérito, la valoración de haberme dado cuenta que mirando para atrás hice siempre lo que creí que era conveniente hacer y tuve la necesaria fortaleza para, cuando en algún momento estaba al borde, no caer en el abismo. Mi familia ha sido muy importante en todo esto.
¿Qué crees que le falta a los músicos de esta generación?
En una canción tuve la idea de perseguir al ‘asesino del rocanrol’, que, supuestamente, es alguien que hace reguetón. Pero fue una ironía, nada más, era una llamada de atención con respecto al hecho de que hay otra música después del reguetón.
Creo que los músicos de esta generación tienen más que ver con las laptops, con las aplicaciones y las startups. Yo soy un músico académico, recibido del Conservatorio Musical de Buenos Aires y creo que a los músicos de hoy les falta un poco de formación. La música es melodía, ritmo y armonía, eso es algo que se estudia se practica y se perfecciona, a los músicos les falta un grado de cada uno de estos elementos, y eso se logra estudiando.
¿De qué se compone tu playlist?
En este momento se compone, por diferentes razones, de música de los años 70, que es la música de mi formación: Genesis, Yes, Emerson, Lake and Palmer, tantos grupos. Y también música clásica en general, porque siempre estuve ligado a ella a través de mi madre, que era profesora de piano y directora de coros.
¿Qué significa para vos tener a tu hermano y a tu hijo en tu banda?
Tengo la suerte no solo de contar con mi hermano Alejandro, con el que cumplimos más de 40 años de carrera juntos, y tengo el orgullo y el gusto de tocar con mi hijo Juan, que toca la guitarra y forma parte de la banda y de todo este proceso. Como padre, creo haber cumplido un rol y tengo la felicidad de contar un hijo talentoso y maravilloso, que está trabajando conmigo y con su tío, así que doble felicidad.
¿Qué quisieras ser si volvieras a nacer?
Exactamente lo mismo. Soy nietzscheano, Nietzsche es uno de mis baluartes filosóficos, el círculo hermético. Sí, no me arrepiento de nada, si volviera a nacer, haría lo mismo, de los errores uno aprende y hay que valorar esos momentos también.
¿Qué desearías que sea tu legado en esta vida?
Mi legado son las canciones, es una obra musical, como tal, hecha de 18 álbumes y con proyectos hacia adelante muy importantes. Uno de ellos sale en estos días, es mi álbum sinfónico, grabado el año pasado en el Teatro Colón con la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires y con mi banda. Para el próximo año sale mi ópera rock Los tres reinos, una obra para orquesta, coro, banda y cantante. Tengo un par de proyectos más para otros espectáculos más adelante. Así que mi legado es mi obra musical.
¿Qué significa volver a Bolivia y cómo es el show que verá el público?
A Bolivia llegamos con un show ya probadísimo, pleno de nostalgia, de emoción y de explosión. Es mi ‘autotributo’ por 40 años de trayectoria. Es muy bueno volver a Bolivia y tener la gratificación de contar con el cariño del público boliviano, quiero convocarlos a esta gran fiesta, que es mi fiesta de cumpleaños, son 40 años con plus y una pandemia de por medio los que llevo de carrera. Están todos invitados, bienvenidos y gracias.