Si usted aún no conoce la Hacienda Pairumani, la oportunidad propicia para hacerlo es mañana. Así es, la finca histórica reabre sus puertas por única vez al público con visitas guiadas que comenzarán a las 8:00 y se extenderán hasta las 14:00.
Cabe recordar que la Hacienda Pairumani acoge a los visitantes una vez al año, excepto a colegiales y universitarios, quienes pueden hacerlo en el transcurso del año, pero con programación previa con los anfitriones.
El costo de la entrada el Día de puertas abiertas valdrá sólo Bs 3, con la posibilidad de inspeccionar también la Villa Albina Patiño con acompañamiento de un guía.
La hacienda prepara actividades dinámicas para los niños. Asimismo, los visitantes podrán adquirir los productos lácteos que elaboran en esa región del territorio cochabambino.
Historia
En 1915, Simón I. Patiño ordenó la elaboración de los primeros planos para su casa de campo, Villa Albina, en las tierras que acababa de adquirir en Pairumani, al pie de la cordillera del Tunari. Movido por el deseo de crear alrededor de esa propiedad una verdadera hacienda agrícola y ganadera, poco a poco fue adquiriendo los terrenos adyacentes para constituir una gran superficie cuya parte central es la Granja Modelo Pairumani, como se la conoce hoy en día.
A partir de 1917, se inició la construcción de establos, corrales, porquerizas y caballerizas para los distintos animales comprados en Argentina, Estados Unidos y Europa. Con el paso del tiempo, a estas instalaciones se sumaron una lechería, una fábrica de hielo, un molino industrial y la construcción , a más de 4.000 m de altura, del dique de San Francisco sobre las nacientes del río Tuituri. Con el agua del lago artificial se regaban cultivos y se permitía la generación de energía hidroeléctrica necesaria para el funcionamiento de la granja, gracias a una central eléctrica situada al pie de la cordillera.
Con toda esa infraestructura, en 1928, la granja alcanzó su velocidad de crucero, convirtiéndose en la pionera de la lechería industrial en Bolivia.