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Después de nueve años, restaurarán el techo del templo de Tarata con aportes

Después de nueve años del colapso del techo del altar del templo de San José de Tarata, declarado patrimonio nacional, se ultiman las gestiones para su reparación con aportes, confirmó el responsable de esta iglesia y del convento, Kasper Kapron. 

Hace poco, los feligreses de San Severino, el Santo de las lluvias y mártir que se guarda en este templo, ayudaron a tapar las rajaduras en la cúpula del altar con un velo, desde el techo hasta el suelo, para evitar que se vean y sean una distracción en las misas. 

Además, en el lugar se colocó un andamio y se hacen trabajos para frenar el deterioro. Por ahora, el acceso está restringido para los visitantes. 

El también responsable del convento franciscano San José de Tarata, Kasper Kapron, indicó que, durante nueve años, no se intervino el altar por falta de recursos económicos. Además, dijo que este tipo de patrimonio requiere un tratamiento especial.

Los recursos para la restauración provienen de las ofrendas y de la cooperación internacional. Kapron no especificó el monto que se invertirá ni tampoco la fecha de inicio, pero aseguró que será luego de la temporada de lluvias. 

En septiembre de 2015, cuando la infraestructura se cayó, se anunció que se requerirían más de 15 mil dólares, aunque el fondo para una restauración total asciende los 200 mil dólares.

Nueve años

El templo, construido en 1799, fue declarado tres veces como monumento nacional y es una de las principales “joyas” arquitectónicas de Tarata y parte del complejo que incluyen la plazoleta y el convento, considerado un centro de espiritualidad de los religiosos y pertenece a la Orden de los Franciscanos. Sufrió daños y rajaduras en sus paredes por el terremoto de Aiquile en 1998, en el cono sur del departamento.

Sin embargo, el 14 de septiembre de 2015, se registró el colapso más grave en la bóveda de la parte del altar. El desprendimiento dañó, además, a las imágenes de la Virgen de Alta Gracia, al Niño Jesús, la corona y destellos de la Virgen de la Inmaculada Concepción. También algunos bancos y lámparas con más de medio siglo de antigüedad. 

Otra “joya”

El templo también atesora un órgano antiquísimo, que se encuentra en la parte alta del ingreso de la edificación, ubicada en la plaza Esteban Arze de Tarata, a más de 30 kilómetros de la ciudad.

Kapron explicó que la restauración del instrumento no está en el proyecto de restauración, debido a que cuesta más de 500 mil dólares.

“Su refacción es como construir un convento más. Tampoco existen músicos que puedan cuidarlo, así que no sería factible su restauración”, detalló. 

De momento, el órgano que fue construido en Italia, en Europa, con más de dos metros de alto y uno y medio de ancho, yace en el antiguo templo del valle alto, cubierto de polvo como si aguardará su resurrección.

El templo es visitado, sobre todo, los fines de semana y es considerado el Santuario de San Severino, cuya fiesta patronal es en noviembre. 

Es parte del conjunto de edificaciones religiosas que existen en el departamento y resalta por su entrada a través de una plazoleta en pleno centro de la ciudad colonial, que destaca por su arquitectura antigua y su gastronomía.

 

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