Con el apoyo de la comunidad científica y con el objetivo de mitigar la sequía, Cochabamba se prepara para aplicar por primera vez tecnología que permita la estimulación de nubes para generar lluvias en el valle alto, una de las regiones más afectadas por el estrés hídrico.
El responsable del Centro de Monitoreo Climático del Departamento de Física de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Marko Andrade, dijo que con la técnica se aumentará la probabilidad de precipitaciones en nubes de la región y que un equipo de biólogos evaluará el impacto ambiental.
Aclaró que si bien en Bolivia se cuenta con experiencia en la implementación de esta tecnología en La Paz y Potosí en 2016 y 2017 con apoyo de Venezuela, ésta es la primera vez a nivel nacional que científicos bolivianos son parte del equipo que aporta con estudios y sus conocimientos para provocar lluvias.
El director regional del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), Erick Sosa, explicó que el procedimiento para la “inhibición de precipitaciones” comienza con la identificación de nubes cumulonimbos, que se desarrollan usualmente en época de lluvia (de octubre a abril) y tienen suficiente agua.
Comentó que posteriormente descargan agentes químicos, en este caso yoduro de plata, que es básicamente sal, en las nubes por medio de una aeronave.
“Éste es uno de los métodos, el único que hay en Bolivia, pero en otros países existen otras. La solución que se descarga es sal básica que hace que las gotas de lluvia se junten y puedan precipitarse”, aseveró. (Ver infografía).
Andrade remarcó que no se cuenta con reportes de que el químico que se utiliza para hacer el procedimiento contamine la atmósfera o el suelo, pero enfatizó que, una vez que se registren las precipitaciones, la UMSS analizará la calidad del agua y otros recursos naturales de la región.
Señaló que las lluvias podrían generarse a los 30 minutos o en un lapso mayor de tiempo, después de las descargas de los químicos y que el alcance varía porque depende de la temperatura, velocidad del viento y otros aspectos climáticos.
“Los reportes de otros lugares del mundo muestran que no es peligroso para el medioambiente ni las personas, no tiene consecuencias a largo plazo. Tras la estimulación, a la media hora puede darse la precipitación y durar unas cuantas horas”, puntualizó.
El responsable del Centro de Monitoreo Climático informó que tres investigadores y varios auxiliares de la UMSS se trasladaron hasta Anzaldo, Tarata y Sacabamba desde febrero para monitorear la precipitación pluvial, la radiación solar, la humedad y otros aspectos mediante estaciones climáticas.
Desde el Senamhi se comunicó que a principios de gestión se hicieron los estudios, pero no se pudo concretar la estimulación de nubes debido a que el año pluviométrico concluía, por lo que desde agosto nuevamente se retomó el monitoreo ante la proximidad de una nueva época de lluvia.
Sosa destacó la conformación de un comité técnico interinstitucional, integrado por el Ministerio de Defensa Civil, Medio Ambiente, la UMSS, la Gobernación y las alcaldías, para conseguir resultados óptimos con la ejecución de una medida paliativa para combatir la escasez del agua en el departamento, donde 26 municipios se declararon en desastre por la sequía.
Complementó que el Senamhi emplea imágenes satelitales, pronósticos y análisis meteorológicos para ver si hay las condiciones para hacer la estimulación.
“Si tenemos las nubes adecuadas, se va a tener resultados. Estamos participando de acuerdo a nuestras competencias con especialistas”, finalizó.