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Bolivia incorporará 500 MW de renovables en 2024

El mundo avanza en el camino hacia la transición energética para intentar mitigar el calentamiento global y la incidencia de desastres climáticos. Bolivia no constituye una excepción y el uso de fuentes renovables se viene expandiendo en el país.

Conversamos con el viceministro de Electricidad y Energías Renovables, Ronald Veizaga, para conocer en detalle la situación y las proyecciones del camino que va recorriendo la economía y la sociedad boliviana hacia la disminución del uso de combustibles fósiles.

—¿Qué se tiene previsto para la generación de electricidad a partir de fuentes renovables? 

—Durante la gestión 2024 se tiene programado profundizar la transformación energética nacional con la incorporación de aproximadamente 500 MW de energía limpia, proveniente de generación solar e hidroeléctrica, donde destacan las centrales hidroeléctricas de Ivirizu y Miguillas, que se encuentran en plena ejecución y representan una inversión superior a los Bs 7.000 millones. Asimismo. se busca profundizar la generación distribuida, que nos permita democratizar aún más la producción de energías con generación limpia y renovable, facilitando la participación de los usuarios y brindándoles mayores oportunidades para que estos puedan generar su propia energía y compartirla a través de los sistemas de distribución.

—¿Con qué porcentaje aportan actualmente las renovables en la generación eléctrica y qué proyecciones se tienen?

—Impulsados por la política de transición energética que viene siendo implementada desde el Estado a través del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, el porcentaje de participación de las energías limpias y renovables viene incrementándose de manera sostenida y creciente, con la meta de llegar a un 75% de energía renovable a 2025. Si bien actualmente la participación es del aproximadamente un 30%, lo cual nos pone por encima del promedio mundial que es del orden del 14%, sin embargo, con la importante cartera de que se vienen implementado esperamos que próximamente estaremos generando alrededor de un 60% de la energía con fuentes limpias. Seguiremos impulsando esta política para que las nuevas demandas de energía a ser incorporadas al sistema eléctrico nacional continúen siendo atendidas mediante energías limpias y renovables, de manera que al año 2030 nuestra matriz pueda mantener una generación del orden del 75% con energías limpias.

—¿Cuáles son los principales esfuerzos que se realizarán en 2024 para la Electrificación Rural?

—En el marco del Plan de Desarrollo Económico y Social PDES 2021–2025, el Ministerio de Hidrocarburos y Energías ha diseñado un programa a nivel nacional con el objetivo de incrementar la cobertura de electrificación rural al 95%. Este plan se llevará a cabo mediante la ejecución del Programa de Electrificación Rural III, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de los Contratos de Préstamo Números 5801/OC-BO y 5802/KI-BO. Además, se implementará el Proyecto de Mejora del Acceso Sostenible a Electricidad – IDTR III, financiado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) del Banco Mundial mediante el Convenio de Préstamo 9611-BO. Los montos de los préstamos son de $us 200 millones para el PER III y $us 125 millones para el IDTR III. Ambas operaciones se centrarán principalmente en la extensión de redes, sistemas fotovoltaicos y mini redes (sistemas híbridos). Con estas iniciativas, se espera beneficiar a más de 93.000 hogares rurales que hasta ahora carecían de este servicio básico, lo que marca un esfuerzo sin precedentes en el país, y se da gracias al compromiso del presidente Arce con la electrificación entendiendo que el acceso a la energía es un promotor del desarrollo y la mejora de la calidad de vida de la población boliviana. Actualmente la ley para la aprobación de ambos créditos se encuentra en la Asamblea Legislativa Plurinacional donde ya inició su tratamiento, y esperamos que prontamente pueda ser aprobada para su promulgación, con lo que se daría la ejecución de estos dos importantes programas.

—¿Cómo está avanzando la electromovilidad en Bolivia?

—A nivel global los sistemas de energía y potencia están experimentando transformaciones profundas, debido principalmente a la necesidad de incorporar alternativas más sustentables desde el punto de vista ambiental y social, lo que implica la integración a gran escala de energías renovables como la eólica y solar. Estas transformaciones también vienen de la mano de un cambio de paradigma en el sector del transporte, donde pasamos de vehículos de combustión interna, que lideraron el desarrollo tecnológico en las últimas décadas, a la electromovilidad, que vendrá a liderar el sector en los próximos años a medida que los motorizados de ignición comenzarán una retirada. Uno de los factores claves para el despegue de la electromovilidad está en el desarrollo de las baterías de iones de litio, sin duda alguna la pieza clave de la movilidad eléctrica en las últimas décadas, ya que gracias a su madurez tecnológica y su competitividad se pudo masificar los vehículos eléctricos. Otro elemento clave es el desarrollo de infraestructura de carga, como las electrolineras. No obstante, la electrificación del transporte a nivel global tomará varias décadas debido principalmente a la enorme inercia de la industria de los motores a combustión y a los altos costos que significaría financiar una transición más agresiva. En Bolivia la electromovilidad vino de la mano de importantes medidas de incentivo por parte del Estado. Entre ellas podemos citar el Decreto Supremo 4539, de julio de 2021, que brinda incentivos tributarios y financieros para la fabricación, ensamblaje e importación de vehículos eléctricos, híbridos, maquinaria agrícola hibrida y eléctrica y el Decreto Supremo 4477, que incentiva los sistemas de energía y generación distribuida, viabilizando que los propietarios de vehículos eléctricos puedan instalar cargadores en sus domicilios y a la vez también puedan producir su propia energía. Esto, junto con la oferta de créditos favorables, “Créditos Verdes”, que comenzaron a ser introducidos en el mercado nacional para la compra de vehículos eléctricos, permitió un avance significativo. En el marco de esta política de incentivos a la electromovilidad, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) instaló 11 electrolineras en el eje troncal de Bolivia que además ofrecían recarga de manera gratuita hasta la gestión 2023. Por su parte, la Autoridad de Electricidad y Tecnología Nuclear (AETN) estableció los requisitos técnicos y de seguridad para su operación, así como el reglamento de aplicación de tarifas y precios máximos de comercialización. Sin duda hoy podemos ver los frutos de esta medida, como el incremento de más del 200% en la importación de vehículos eléctricos entre las gestiones 2021 y 2022. Hay un incremento aún mayor en la fabricación de vehículos eléctricos en Bolivia, superando las 3.400 unidades en 2023, de las cuales el 55% destinan a la exportación, pero aún queda mucho por avanzar en el camino de la transición a vehículo eléctricos. El Estado continuará apoyando y brindando las condiciones necesarias para su desarrollo. En este sentido, en 2023 el sector eléctrico nacional incorporó 28 camionetas y 35 motocicletas eléctricas adquiridas por las filiales de la ENDE, con miras a ampliar su parque automotor con movilidades eléctricas y mejorar su atención hacia la ciudadanía.

—¿Qué pasos se están dando para avanzar en la eficiencia energética en el país?

—Las medidas de eficiencia energética pueden ser aplicadas tanto en la oferta como en la demanda de energía y recursos energéticos. Respecto a la oferta, el Estado Plurinacional de Bolivia ha avanzado en mejorar la eficiencia en las plantas de generación termoeléctrica, la optimización de procesos y modernización de la infraestructura con la inversión de generadores de ciclo combinado que mejoran el rendimiento del combustible generando más energía eléctrica. Adicionalmente, se ha trabajado en la generación de sistemas híbridos e interconexión de los sistemas aislados. Asimismo, se ha incrementado la cartera de proyectos de energías renovables que desplazan importantes cantidades de gas natural y CO2. Respecto a la demanda, las medidas de eficiencia energética pueden ser aplicadas en los sectores de consumo energético más intensivos (transporte, industria y residencia, en el caso boliviano). El Estado Plurinacional de Bolivia como parte de sus planes de mediano y largo plazo ha promovido el uso racional y eficiente de la energía en el sector eléctrico con programas de iluminación pública eficiente, campañas de focos ahorradores, electromovilidad y generación distribuida. En los aspectos regulatorios se tiene normativa específica en eficiencia energética como la Ley N.º 305 de 6 de noviembre de 2012 y Decreto Supremo N.º 4539, sin embargo, es necesario que esta normativa sea actualizada y ampliada para incrementar su alcance y efectividad. En este sentido, el Ministerio de Hidrocarburos y Energías viene trabajando en un anteproyecto de Ley de Eficiencia Energética que tiene como objeto promover el uso racional y eficiente de la energía y los recursos energéticos y marcar los cimientos para una normativa más específica en eficiencia energética tanto en la oferta como en la demanda. Además de lo mencionado anteriormente, cabe destacar la existencia del Programa para el Desarrollo de la Eficiencia Energética en Sistemas de Alumbrado Público en Bolivia BO-L1230, que contempla una inversión de $us 35 millones. Este programa tiene como objetivo el recambio de 73.369 luminarias convencionales por luminarias de tecnología LED, con lo que estamos trabajando en consolidar medidas de eficiencia para una energía efectiva que pueda responder a las necesidades nacionales y se adecuen a las demandas de los diferentes niveles del Estado.

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