Tienen diferencias serias sobre el futuro del Movimiento Al Socialismo (MAS), pero el presidente Luis Arce optó por hablarle; rompió el silencio y se comunicó con Evo Morales, el líder político que asegura que volverá a ser candidato a la presidencia en los comicios de 2025, a pesar de los límites legales.
“Podemos tener diferencias y la principal que tenemos es que creemos que el instrumento político pertenece a las organizaciones sociales y no a ninguna persona en particular. Eso no quiere decir que, en esos momentos cuando vimos que ya venía el golpe de Estado (…), que (no) me comunicaran con el compañero Evo. Le he prevenido que aquí venía un golpe de Estado para que él tome sus recaudos”, reveló el mandatario en una prolongada rueda de prensa con medios nacionales y enviados especiales de medios de comunicación del exterior.
Según el mandatario, “estaba claro” que el objetivo de Zúñiga era, además de tomar el poder, detener a Morales. “(Los militares) venían por mí, pero a mí también me quedaba claro que después iban a ir por Evo Morales”, remarcó Luis Arce en la Casa Grande del Pueblo de La Paz.
Evo Morales y Luis Arce no habían intercambiado criterios ni se habían reunido desde hace más de un año. La última vez que conversaron fue durante un evento deportivo en el Trópico de Cochabamba. Es más, las diferencias entre ambos se habían acentuado en el contexto de la disputa política por el control de la dirección del MAS y de la elección del próximo candidato a la presidencia en representación de ese partido.
“(Se lo dije) como compañero, porque al final eso es lo que somos y le llamé para prevenirle y que tome sus recaudos. Fue una comunicación muy corta y muy rápida porque, en ese momento, yo tenía todos los teléfonos sonando, todos los mensajes llegando a los diferentes celulares y teníamos que estar organizándonos para poder enfrentar a la asonada golpista. Fue una conversación de segundos nada más, donde yo le pasé esa información para que él tome sus recaudos”, ratificó Arce.
Zúñiga, que en varias ocasiones se había pronunciado en favor del Gobierno, esta semana volvió a expresar ese apoyo. Primero, en una entrevista con la periodista Jimena Antelo, rechazó la candidatura de Evo a la presidencia y anticipó la posibilidad de detenerlo. Luego, en una entrevista con EL DEBER, lamentó que el país haya ingresado en una etapa preelectoral y cuestionó los intereses a “los caudillos”.
El día de la asonada, Morales, a través de sus redes sociales, alertó de un acuartelamiento. Además, el Grupo de Puebla, un foro político de izquierda, solicitó al presidente Arce “mantener la no intervención militar en política” y pedía “a la comunidad internacional que denuncie cualquier intento de intervención en el proceso electoral, en referencia. “Expresamos nuestra preocupación por las declaraciones (…) que amenaza con impedir una candidatura de Evo Morales en 2025”, iniciaba el pronunciamiento de este bloque.
Posteriormente, la Cancillería publicó un comunicado que luego fue eliminado. El mensaje rechazaba un “autogolpe. Evo y sus socios internacionales han venido construyendo una narrativa, que hemos denunciado en los dos últimos meses, que tiene el objetivo de acortar el mandato del presidente constitucionalmente elegido”, indicaba la nota que fue comentada en canales internacionales antes de ser eliminada.
Pablo Iglesias, un político español vinculado al Grupo de Puebla, opinó que las acciones de Zúñiga tenían como base la crisis del MAS. “¿Arce saldrá o no fortalecido? Al menos sí en el corto plazo, pero si bien es verdad que fueron elementos legalmente bajo su mando o sublevados también es cierto que la restauración del orden fue inmediata”, sostuvo.
En dicho programa fue invitada la politóloga Susana Bejarano. Ella expresó que en esta coyuntura la figura del presidente de la Cámara de Senadores, Andrónico Rodríguez, puede ayudar a las paces entre el ‘arcismo’ y ‘evismo’ de cara a las futuras elecciones presidenciales, sin embargo, considera que ambos bandos llegarán separados.