Ante la conminatoria del Tribunal Supremo Electoral de convocar a un nuevo congreso ordinario del MAS, el expresidente Evo Morales anunció que ha convocado a una reunión de emergencia de la dirección nacional el próximo martes en Cochabamba para evaluar y discutir profundamente el mencionado ultimátum electoral.
Hasta hace poco, Morales aseguraba que “el magno X congreso ordinario del MAS-IPSP en Lauca Ñ se respeta porque es legal, legítimo y constitucional (…) y que será defendido por los verdaderos militantes, pese a los ataques y las maniobras del gobierno”.
Tras la conminatoria, surgieron voces señalando que lo dispuesto por el Tribunal Supremo Electoral es de cumplimiento obligatorio bajo riesgo de perder la sigla del MAS-IPSP porque habría desobedecido una normativa que rige a los partidos políticos.
Durante una concentración llevada a cabo en Yapacaní para celebrar el 29 aniversario del MAS-IPSP, Morales cambio de opinión, aunque aseguró que no se rendirá ni cederá ante las amenazas de proscripción del Instrumento Político y de su posible inhabilitación como candidato presidencial para las elecciones de 2025.
En medio de su discurso, un helicóptero sobrevoló la concentración, hecho que Morales interpretó como un acto de intimidación atribuido al gobierno del presidente Luis Arce Catacora.
El expresidente considera que todas las acciones en contra de su partido y los actos de amedrentamiento forman parte de la historia del MAS y del movimiento que lidera, en una lucha mundial donde las élites buscan evitar que los sectores más desfavorecidos accedan al poder.
Morales explicó que, a pesar de las afirmaciones de las autoridades gubernamentales y los opositores sobre su inhabilitación para postularse nuevamente, respaldado por el criterio de juristas internacionales, cree que está habilitado para la gestión 2025-2030.
Reveló que expresidentes como Ernesto Samper de Colombia, Alberto Fernández de Argentina, José Luis Zapatero de España, además de delegados de Maduro y el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva, se han comprometido a no permitir la proscripción del MAS ni la inhabilitación de Evo Morales.
Según Morales, en reuniones internas, algunos operadores del gobierno reconocen que el “arcismo” ya no se considera ganador, por lo que ahora se escucha «ni Evo ni Lucho» y que estarían buscando un punto intermedio.
Manifestó que, en este contexto, el gobierno de Luis Arce respaldó a los magistrados autoproclamados para sostenerse en el poder a cambio de retrasar las elecciones judiciales hasta 2027, y expresó su deseo de que estos renuncien o sean obligados a dimitir por el pueblo.