Para algunos analistas en temas de economía, los diez acuerdos adoptados este lunes por el Gobierno y los empresarios del país, para reponer dólares en la economía del país, “alivian el dolor”, pero no extirpan el tumor que es el “elevado gasto público” y producto del déficit que el país arrastra desde hace más de una década.
“Estas 10 medidas no son estructurales, ni resolverán de manera sostenible y eficaz el problema de la falta de dólares en la economía, sobre todo en la formal, ni tampoco disminuirán su demanda en el mercado negro o paralelo. Son medidas que alivian el dolor, pero no curan el tumor ‘un gasto publico elevado’ que debe ser atacado de raíz”, sostuvo el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero.
El Gobierno y el empresariado firmaron un acuerdo que establece 10 medidas, entre ellas la liberación de las exportaciones con agilización de trámites, que consiste en la reposición rápida del Certificado de Devolución Impositiva (Cedeim), para la reposición de dólares. “Van a posibilitar generar un escenario de mejora correctiva para que esta carencia transitoria de dólares pueda ser superada a lo largo de estos meses”, explicó el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro.
El economista Gonzalo Chávez observó que en el acuerdo no hay ni una sola palabra referida a frenar el alto gasto público estatal, que es el problema de fondo. Si bien en el acuerdo se acordaron temas que son una muestra de apertura por parte del Gobierno, ya que se atendieron demandas de larga data del sector privado, dijo, “el problema de fondo es el déficit público que “se lleva buena parte de las Reservas Internacionales del Banco Central de Bolivia: los gastos excesivos, los proyectos faraónicos de 150 empresas públicas, el pago de una masa salarial de 500.000 personas”, entre otros.
Romero coincidió con Chávez y aseguró que la mayoría de los diez acuerdos “son a mediano y largo plazo, otras no ayudan en nada a resolver el problema, la falta de dólares, y otras parecieran que son un favor para cierto sector privado del país”.
En esta misma línea, el analista financiero Jaime Dunn también contempló que algunas medidas del acuerdo se recomendaron hace más de un año y aunque el Gobierno “algo escucha”, los puntos del documento firmado no tienen miras a frenar el “alto gasto público”.
Según el Presupuesto General del Estado para la gestión 2024, los gastos del aparato público rondan el 58% que se va a entidades y empresas públicas. “Si imaginamos a las Reservas Internacionales como una piscina grande de 15.000 millones de litros, lo que hacen estas medidas es querer colocar en la piscina agua (dólares), pero con un baldecito pequeño que vas a ir metiendo de a poquito, pero no haces nada con el huecazo que hay debajo de la piscina que es el déficit público”, ejemplificó Chávez.
En “conclusión –dijo Romero– Bolivia necesita otro tipo de medidas, reales, sostenibles y que no generan falsas esperanzas”, pues en el acuerdo “no se tocó ni habló de eliminar los cupos o cuotas de exportación, lo cual es el tema principal, el Gobierno continuará obligando a la industria nacional a satisfacer primero el mercado interno para que el saldo sea exportado”.
Según el economista Romero “es aquí donde el sector privado debía negociar, la posibilidad de vender más de sus productos al exterior, sino se complementa o mejora esta medida, traerá pocas divisas y será más que todo una política para agilizar los trámites, como lo dice su nombre”.