Como si rebalsara un balde, agua limpia ingresa en la actualidad a la laguna Alalay, con el objetivo de que se llene sin contaminación y recupere su ecosistema.
Pero, hace meses, más de un año, parecía estarse convirtiendo en un pantano, por los malos olores, su contaminación y reducción evidente.
Alalay, situada en la zona sureste del municipio de Cochabamba, es una de las pocas lagunas que tiene la ciudad. Se trata de un vaso regulador, es decir, un área hasta donde llegaría el agua de lluvia para evitar inundaciones.
El director de Medio Ambiente de la Alcaldía, Elvis Gutiérrez, recordó que hace décadas la laguna fue concebida para regular el agua que desbordaba del río Rocha. En el tiempo, cobró mayor importancia; se convirtió en zona de anidación, de aves migratorias.
“Es el ecosistema que hay que salvar”.
Meses atrás, Alalay expuso situaciones complejas de contaminación. En diciembre de 2022, como ejemplo, los malos olores que emanaba se propagan incluso hasta la avenida Heroínas, el mercado Calatayud e incluso la terminal de buses.
La sequía y elevadas temperaturas influyeron en la laguna urbana. Entonces, se evidenció el suelo salitroso en algunos sectores y algas verduzcas donde todavía había agua.
El anuncio del dragado de la laguna fue recurrente.
En enero de 2023, los lodos negros y contaminados de la laguna alcanzaban 1.50 metros de altura. El lodo negruzco tenía microalgas en estado de descomposición, como producto de al menos dos décadas sin intervención.
Esas semanas, hubo trabajos de limpieza a cargo de la Municipalidad, con tapado de la laguna con tierra y la fumigación por la proliferación de moscas y otros insectos.
A finales de septiembre de 2023, comenzaron las obras para el dragado. Se desplegó decenas de unidades de maquinaria pesada y personal. Incluso hubo labores que se desarrollaron de día y de noche.
Tras meses de trabajo, el mismo fue concluido en enero de 2024. El vaso de agua parecía haber quedado prácticamente seco.
El 19 de enero, Alalay comenzó a recibir agua limpia. El objetivo es que ya no ingrese agua contaminada.
Aquel día se hizo la apertura de la primera válvula. Entonces, el alcalde Manfred reyes villa expresó que la fuente de agua podría llenarse en unos cuatro a cinco meses.
A la altura del complejo del Club Wilstermann se encuentra una de las válvulas que trasladan el líquido elemento hasta la laguna.
Según la información de la Alcaldía, el agua, que ya se encuentra corriendo por dicho conducto, sería de escorrentías y de tanques de la Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación Alternativa (EMAVRA).
Gutiérrez explicó que en lado sureste de la laguna ya existe cerca de 25 centímetros de nivel acumulado.
En los meses siguientes, que la fuente de agua se llene dependerá también de la disponibilidad de 149 litros por segundo de Misicuni.