La derecha ultraconservadora en Chile se impuso ayer en la elección de medio centenar de miembros del consejo que redactará una nueva propuesta de Constitución para reemplazar a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, según cómputos oficiales.
Con el 95% de los votos escrutados, el Partido Republicano, que siempre se opuso al cambio constitucional, se proyecta como el más votado de la jornada con el 36% de los sufragios, señaló el Servicio Electoral (Servel).
La coalición de izquierda que apoya el presidente Gabriel Boric alcanza el 28,4% de los apoyos.Luego del rechazo de un primer texto en septiembre, impulsado por el Gobierno y sus aliados, los chilenos se inclinaron esta vez por las fuerzas conservadoras, en un nuevo intento por renovar las bases constitucionales luego del violento estallido social de 2019, que dejó ver una sociedad desigual y fracturada.
El consejo elegido ayer recibirá, para su revisión y ajustes, un proyecto elaborado previamente por expertos con 12 principios esenciales que no podrán ser modificados, por ejemplo, el que consagra a Chile como una economía de mercado con participación estatal y privada.
“No sólo nos han elegido por nuestras ideas, sino también por nuestro compromiso y coherencia, y por nuestra conexión con los problemas del día a día. Han triunfado las ideas del sentido común”, manifestó el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, quien cayó derrotado frente a Boric en la segunda vuelta de diciembre de 2021.
Partidos tradicionales de la izquierda chilena, como el Partido Radical, la Democracia Cristiana o el Partido por la Democracia —que dominaron la escena política después del retorno a la democracia después de Pinochet (1973-1990)— quedaron fuera del Consejo.
“Esto es mucho más de lo que cualquier pronóstico había esperado”, sostuvo a la agencia AFP Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile.
El Partido Republicano, que se opone al aborto y tiene un discurso contra los migrantes, “no necesita negociar con nadie, pueden escribir la Constitución que quieran” y “tienen poder de vetar cualquier modificación”, agregó esta experta.
“Es muy parecido a un fenómeno que está ocurriendo en otros países del mundo, con el auge de partidos de derecha, que se llaman a sí mismos sin corrección política, sin miedo y sin vacilaciones”, explicó Miguel Ángel Fernández, académico de la Universidad del Desarrollo.
En medio de una preocupación creciente por la inseguridad, Chile busca desde hace dos años reemplazar la Constitución legada de la dictadura y que fue enmendada en varias ocasiones, la más sustantiva en 2005.
El consejo constituyente, que sesionará desde el próximo mes, deberá entregar el proyecto de Carta Política para ser sometida a un plebiscito ratificatorio el 17 de diciembre de este año.
“Volvemos a tener la oportunidad de construir con diálogo y encuentro una nueva Carta Magna”, declaró el presidente Boric en un discurso en el palacio presidencial de La Moneda después de conocerse los resultados electorales.
Boric invitó a los constituyentes electos a actuar “con sabiduría y templanza” y les pidió evitar cometer los mismos errores que hicieron fracasar el primer intento de cambio constitucional a partir de una Asamblea Constituyente dominada aquella vez por la izquierda.
“El proceso anterior fracasó, entre otras cosas, porque no supimos escucharnos entre los que pensábamos distinto”, afirmó el mandatario chileno.
El borrador de esa nueva Constitución fue rechazado por un 62% de los votos en un referendo realizado el 4 de septiembre del año pasado.
Más de 15,1 millones de chilenos estaban obligados ayer a concurrir a las urnas para elegir, entre 350 aspirantes, el llamado Consejo Constitucional. La elección generó una alta apatía previa, pero votó casi un 80%