La expresidenta Jeanine Añez denunció este jueves que en el país “matan sin asco”, en referencia a la muerte del exgerente Nacional de Recursos Evaporíticos, Juan Carlos Montenegro, quien en su carta “reclamó presunción de inocencia que el sistema (judicial) no le garantizó”, además dijo que se registran muertes “por sicarios del Gobierno”.
“La carta del exgerente de YLB (Yacimientos de Litio Bolivianos) reclama la presunción de inocencia que el sistema (judicial) no le garantizó, al punto de perder la vida por intereses políticos que mellan y matan sin asco”, afirmó la expresidenta a través de sus redes sociales, privada de libertad en el penal de Miraflores.
Cuestionó que se registren “muertes repentinas de bolivianos perseguidos por sicarios del Gobierno, Ministerio Público y jueces”. La afirmación surge luego de conocer la muerte de Montenegro, quien fue involucrado en el caso de las supuestas irregularidades en la construcción de 18 piscinas industriales del Complejo Industrial de Uyuni que ocasionaron un presunto daño económico al Estado de 425 millones de bolivianos.
Por ejemplo, una muerte también se produjo dentro del caso del Banco Fassil, cuando el interventor Carlos Alberto Colodro, que tenía gran cantidad de información sobre la situación de la entidad financiera, apareció muerto la noche del 27 de mayo de 2023.
Agregó que otro caso similar fue el del testigo protegido dentro del proceso de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), Felipe Sandy Rivero, quien habría muerto en un accidente de tránsito en Estados Unidos, según informó en marzo de 2023, el ministro de Justicia Iván Lima.
El analista económico Gonzalo Chávez advirtió que el país tiene una calificación de riesgo similar a la de un Gobierno “africano”. “Esto muestra la poca seriedad de la política pública porque los grandes inversores, los grandes mercados que tenía una gran esperanza del litio se enteran de que manejamos de una manera ineficiente, irresponsable, con posibles temas de corrupción. Esa es una pésima imagen”, advirtió.
Mala imagen del país
El economista cuestionó: “¿Quién va a querer comprar el litio con estos problemas?, ¿quién va a querer hacer negocios con nosotros si por detrás hay un proyecto que tienen serias dificultades técnicas o corrupción?”
Explicó que, desde la perspectiva económica, Bolivia era un país visto como exportador de seis mil millones de dólares en gas, pero que las reservas desaparecieron y llegaron a una exportación de dos mil millones de dólares.
“La expectativa era que en tres años el litio sustituya al gas con las baterías. Se hablaba de seis mil millones de exportación. Por tanto, la repercusión a nivel internacional es de muy poca seriedad (y quedamos como) un país africano, bananero donde se hacen mal las cosas y desaprovechó su oportunidad de entrar a la cuarta revolución industrial con el litio”.