A seis años de su conclusión y entrega, la nueva terminal de buses de Quillacollo continúa cerrada, inundada y rodeada de matorrales.
La presidenta del Comité Cívico de Quillacollo, Mabel Padilla, lamentó que aún no se dé solución a los problemas de la construcción ni se la haya puesto en funcionamiento.
“Es necesario que Quillacollo cuente con una terminal. En el lugar donde funciona actualmente es un peligro para la ciudadanía. Tenemos entendido que no pueden tocar la obra porque existe un proceso de por medio”, dijo.
Mientras, el asesor legal de la Alcaldía de Quillacollo, Mario Rojas, pidió tiempo para revisar la documentación de la situación en la que se encuentra la terminal.
Por su parte, el exalcalde Eduardo Mérida explicó que se trata de una obra Evo Cumple de la Unidad de Proyectos del Estado (UPRE), en la que el municipio fue obligado a colocar la contraparte; además, responsabilizó a sus predecesores por la situación en la que se halla la terminal.
“La obra fue concluida y recibida por el alcalde (Zacarías) Jaita. Lo único que debían haber hecho los siguientes alcaldes son las obras complementarias, asfaltado del ingreso y la construcción del colector para evitar inundaciones”, explicó Mérida.
Además, el exalcalde aseguró que a él le iniciaron un proceso por incumplimiento de deberes, el cual, fue rechazado.
